En agradecimiento «por su contribución al enriquecimiento del patrimonio documental» municipal, el número 25 de la calle Zapatería, donde vivió con su familia Miguel Sánchez-Ocaña López de Berjes, luce desde ayer una placa. Una placa que viene a ser el colofón al reconocimiento a este placentino que donó en vida de forma altruista unos 20.000 documentos relevantes para la ciudad.

La archivera Esther Sánchez, subrayó ayer su «gran interés». Porque contienen información sobre el funcionamiento del ayuntamiento y sus órganos de gobierno desde el siglo XVI hasta el XIX y también incluyen «información significativa sobre la economía y la sociedad del siglo XIX, y en especial de la Guerra de la Independencia».

Textos como la licencia que se concedió en 1587 a la marquesa de Mirabel para allanar la plaza delantera de la fortaleza; la escritura de 1794 de la donación real del antiguo convento de los Jesuitas para ubicar el hospicio, o el acta reservada previa a la invasión francesa de la ciudad la tarde del 28 de diciembre de 1808.

Son algunos de los documentos que donó después de un trabajo de limpieza, vestido con mono azul y mascarilla para limpiar el polvo de los documentos, como recordó ayer su hijo Miguel Sánchez-Ocaña.

En definitiva, un «corpus documental único», que donó al ayuntamiento a través de un convenio firmado en el año 2003 y ampliado en el 2007, año en que también se publicó la guía-inventario del legado.

No son frecuentes estas donaciones y el alcalde hizo un llamamiento a seguir su ejemplo a quienes también posean documentación relevante sobre la ciudad. «Él hizo algo que no es habitual y este reconocimiento es una cuestión de justicia», resaltó Fernando Pizarro.