Bancos de hierro rotos desde hace varios meses, la mayoría de las farolas sin los cristales, excrementos de los pájaros impregnados en el suelo y pintadas en el parque infantil. En este estado se encuentra el parque de la Coronación y es por ello por lo que muchos de los usuarios de esta céntrica zona verde de la ciudad se han quejado.

El problema, según destacan, reside en el vandalismo de los jóvenes, que "no cuidan las cosas y cada dos por tres hay algo roto", explica Maribel García, que acude varios días a la semana con su hija al parque.

Sin embargo, las "culpas" no son solo de los jóvenes, ya que algunos también miran hacia el ayuntamiento, al que instan a que esté "más al tanto del mantenimiento del parque", dice Marisa Castellanos, una vecina de la zona, quien pese a reconocer que los jardines sí están bien cuidados, señala que "lo demás no".

A "lo demás" a lo que se refiere Castellanos son, por poner unos ejemplos, dos bancos de hierro rotos, uno de ellos en el asiento y otro el reposabrazos; el estado de las farolas, ya que "son muy pocas las que se salvan", puesto que la mayoría están sin cristales o plásticos y algunos de estos, a punto de caer.

Lo que más le preocupa a los usuarios es que alguien pueda hacerse daño o sufrir algún corte. Por ello, demandan un servicio mejor --o más continuo-- de mantenimiento del parque. "Aunque es una vergüenza cómo están todos los columpios y toboganes pintados, lo que realmente me preocupa es que algún día mi hija se siente en algún banco y se pueda cortar o le caigan restos de la farola", explica una madre mientras las demás asienten.