Entre aplausos de buena parte del público, todo el banco de la oposición y del socialista sólo de su compañera Josefa Pérez Camisón, la concejala de Cultura y Patrimonio abandonó anoche el pleno al que acababa de dar cuenta de su dimisión. "Me voy --dijo Lidia Regidor entre otras razones-- porque se me ha acusado de excesiva actividad cultural y de gastarme mucho dinero".

Pero si insistió en que se va satisfecha de la respuesta ciudadana a "una cultura difundida, valorada y disfrutada", denunció que dentro de su equipo de gobierno no ha encontrado más que obstáculos últimamente, que no siempre porque entre los alegatos a la democracia que plagaron su discurso también dijo creer "en el trabajo de equipo que hubo los primeros meses".

A lo que la alcaldesa replicó que se va por asuntos estrictamente personales "porque yo no he cambiado mi actitud del primer día", añadió sin explicar por qué que "el rigor y la austeridad deben presidir la gestión" y lamentó el daño de imagen. Aunque la ya exedil no había escatimado en ataques al talante de la alcaldesa. "Yo sí he demostrado esa otra forma de ser y de gobernar". De sus compañeros de filas sólo agradeció la amistad de Camisón y Miguel López Bueno y en defensa de su socialismo añadió: "Prefiero irme a casa que traicionar a las personas que me votaron" mientras la alcaldesa sugirió que ella es nueva en el PSOE porque "es socialista desde que yo la invité".