A borbotones salía ayer el agua en el puente San Lázaro, justo ante la puerta de la ermita del mismo nombre, debido al reventón de una tubería de grandes dimensiones, que provocó un enorme socavón.

Ocurrió pasado el mediodía y, además de los daños provocados por el reventón, este dejó sin agua en un primer momento a numerosos vecinos de la zona, aunque la falta de suministro la notaron sobre todo algunos vecinos de San Miguel y las empresas situadas en el tramo del polígono de la carretera de Trujillo, según indicó ayer el concejal de Obras, Blas Raimundo, que acudió a la zona para ver los daños in situ.

No fueron muchos los vecinos afectados a pesar de lo aparatoso de la avería porque, según indicó ayer la empresa, no se trataba de una tubería de abastecimiento sino de una de transporte, que lleva el agua desde el depósito de Los Pinos hasta el polígono. Por eso, aunque en un primer momento la empresa cerró las llaves de agua y muchos notaron el corte, en la mayoría de las viviendas se pudo restablecer el suministro a través de otras tuberías, explicó la compañía del agua.

Mientras tanto, la policía local tuvo que cerrar al tráfico el puente, por el socavón que provocó el reventón y para que las máquinas y los operarios pudieran trabajar en la reposición de la parte rota de la tubería. A la antigüedad de esta achacó ayer la empresa la avería, ya que está realizada en un material, fibrocemento, que ya no se utiliza.

Además, debido a los daños provocados y al gran tamaño de la tubería, la compañía del agua advirtió de la posibilidad de que la avería tarde un tiempo en repararse, aunque su intención era ayer trabajar durante todo el día para que estuviera arreglada a última hora.

Hasta que esto no ocurra, algunos vecinos de San Miguel, además de bares y otras empresas del polígono seguirán sin suministro de agua.