El pasado mes de diciembre, la Concejalía de Servicios Municipales llevó a cabo una medida de urgencia, habilitar 24 nuevos nichos para enterramientos en el cementerio porque a primeros de noviembre apenas quedaban 9 disponibles. Se estaba construyendo un pabellón de 200, pero todo apuntaba a que no daría tiempo a terminarlos todos antes de fin de año y alguno podría necesitarse.

La urgencia se solventó y ahora, el concejal Luis Miguel Pérez Escanilla ha anunciado que este mes estarán terminados los 176 restantes del nuevo pabellón. Eran las previsiones que manejaba, aunque todo dependía de la climatología y del personal de la brigada de obras, reforzado con los últimos planes de empleo.

Eso sí, el edil ha señalado que, una vez terminada la obra, habrá que solicitar de nuevo la autorización sanitaria para poder habilitarlos, aunque es un trámite que suele quedar solventado en pocos días.

De esta forma, el ayuntamiento podrá respirar tranquilo durante un tiempo, ya que, según las estadísticas, la media anual de fallecimientos en la ciudad es de en torno a un centenar al año, debido a que "mucha gente entierra a sus familiares en sus localidades de origen o les incineran".

Aún así, la previsión de Escanilla es sacar a licitación cuanto antes las obras de otro nuevo pabellón de 200 nichos. Recordó además que tanto este como el que terminará ahora no serían posibles sin el soterramiento de los cables de alta tensión, que han llevado a cabo Iberdrola y el ayuntamiento. Esto permite una ampliación del cementerio a la que se suma la intención del edil de concluir otro pabellón en el que se construyeron en su día otros 110 nichos, con lo que podrían habilitarse otros 90.

Con estas obras, la vida útil del camposanto se alargaría en torno a cinco años. De cara al futuro, el plan general municipal prevé además suelo para construir un nuevo cementerio en la confluencia de la rotonda de Fuentidueñas y también posibilita la ampliación en terrenos anexos a la instalación actual.