Si se queja usted de la fluidez del tráfico en la antigua travesía de la N-630 sepa que no se queja de vicio. El nuevo plan de tráfico que maneja el ayuntamiento ha detectado que "estos cruces no están bien coordinados, lo cual provoca demasiadas paradas a los vehículos entorpeciendo la circulación".

El estudio, encargado a la empresa especializada Sice, señala que afecta a los cinco cruces de semáforos situados en las intersecciones de los Arcos de San Antón, avenida del Ejército, Cristo de las Batallas, calle del Sol y avenida del Valle.

Pero el concejal de Tráfico, Blas Raimundo, indicó ayer que no tomará ninguna medida hasta disponer de un informe de los técnicos municipales sobre ésta y otras recomendaciones. Como la de reducir a un solo sentido vías del llamado cinturón del centro, algunas como la ronda Higuerillas o la avenida de Juan Carlos I según el edil. "Los problemas que se producen en estas vías se deben fundamentalmente a que se permiten todos los movimientos posibles en cada cruce, a los estacionamientos indebidos o en doble fila y a la circulación lenta en busca del aparcamiento".

El plan, que ha costado 20.000 euros, propone también una sala de control y coordinación de los semáforos. Hecho por la misma empresa que instaló las pilonas, propone el cierre completo del casco histórico y no parcial como hasta ahora dejando paso sólo a los residentes.