Las usuarias del mercadillo son más conscientes de que existe la posibilidad de que les roben la cartera o el monedero. Así lo manifestaban ayer a pie de puesto. «Yo siempre lo he llevado en bandolera y con la mano encima, pero desde que la policía repartió los folletos, lo vigilo mucho más». Otra, señalaba a este diario: «no estuve el día que vino la policía, pero he visto hoy los carteles de la entrada y oye, que no voy a quitar la mano del bolso, por si acaso, que ya me robaron una vez».

Otras son aún más precavidas y han optado por no llevar ni siquiera bolso. «Yo, si puedo, llevo el dinero en un bolsillo y no llevo ni cartera, y por supuesto, no me acerto a los puestos donde está todo el mundo arremolinado porque ahí te pueden robar fijo». Además, el calor anima a acudir más temprano y «como no hay tanta gente, se puede comprar sin problemas de que se te pegue nadie, que a veces en un simple gesto de ir a coger una camisa, ya te han metido la mano y te han robado».