Estaban tan tranquilos en su casa a última hora del sábado cuando un grupo de menores comenzó a dar patadas a su puerta hasta causar graves daños y acto seguido salieron corriendo. Además del susto que se llevaron, la familia tendrá que pagar ahora los aproximadamente 240 euros que costará la nueva puerta porque la policía les disuadió en plena comisaría de poner una denuncia al tratarse de menores.

"Yo no sabía que los menores estaban tan protegidos", comentaba ayer un miembro de la familia con indignación e impotencia porque "entonces los jóvenes van a poder hacer lo que quieran, que nos peguen o que nos maten, qué más da, como son menores...".

En el momento del suceso estaban en el domicilio del número 13 de la calle La Tea un matrimonio y una niña de cuatro años que "se puso muy nerviosa cuando escuchó los golpes en la puerta". Los jóvenes tuvieron que traspasar la puerta del bloque, que estaba abierta, para llegar a la del domicilio, pero cuando salieron corriendo, varios miembros de la familia les persiguieron hasta atrapar a una chica que huía. La retuvieron hasta que llegó la policía con la intención de que identificara a los causantes "para que pagaran la puerta sus padres" pero varios agentes les dijeron "que no la podíamos retener y que no hacía falta que pusiéramos una denuncia porque no iba a servir de nada. Además, ni siquiera la interrogaron para averiguar quienes eran los demás". Así que, tendrán que pagar ellos.