Tras dos meses de tranquilidad, los robos volvieron la madrugada de ayer al polígono industrial. Los ladrones demostraron estar en plena forma porque se colaron en las naves de Grúas Eugenio y el concesionario de Audi desde el techo tras escalar y recorrer los tejados de uralita para llevarse sendas cajas fuertes y un coche nada discreto porque lleva rotulado el nombre de la última empresa.

Primero entraron en una terraza cubierta de Grúas Eugenio, en cuyo muro abrieron un agujero de menos de un metro cuadrado por el que accedieron a la nave. No dispone de alarma, pero los ladrones se tomaron la precaución de cortar los cables por si acaso, pusieron todos los despachos patas arriba y destrozaron todas las puertas que encontraron en su camino. De ahí se subieron a un tejado colindante con el concesionario de Audi, rompieron el cristal y se descolgaron al interior. Aquí sí había alarma, pero no sirvió de nada porque ya habían cortado los cables del teléfono a los que va conectada.

ACTUALIZAR LAS ALARMAS

Así que el inspector jefe insistió ayer en pedir a los empresarios que pongan alarmas y las conecten a teléfonos móviles para impedir que las desactiven. "Poco podemos hacer en un polígono con tantos recovecos --señaló-- si no suenan las alarmas y mucho menos si ni la hay".

La Policía Nacional sospecha que es obra de una banda de kosovares que se desplaza de Madrid o Talavera para dar el golpe por su forma de actuar y porque su objetivo son las cajas fuertes. En ambos robos se tomaron muchas molestias para llevarse dinero, pero según sus propietarios poco porque los empresarios del polígono ya se han aprendido la lección de dejar lo mínimo en caja como medida preventiva.

Sus sospechas apuntan a tres individuos que la última vez actuaron en la Citroen hace ya dos meses y a los que estuvieron a punto de coger en otros dos intentos fallidos esa misma noche. En su huida se desprendieron entonces de una mochila cargada con cuerdas para escalar, palancas y mazas para forzar puertas, hachas, sierras y demás útiles.