La Guardia Civil de Badajoz imputó a dos vecinos de Alburquerque como presuntos autores del envenenamiento de dos águilas imperiales que fallecieron el pasado mes de mayo en la Sierra de San Pedro.

Los cadáveres de las crías de águila imperial, fueron hayados en el nido por un trabajador de la empresa encargada del seguimiento del ciclo reproductivo y de la alimentación de aves protegidas.

Los polluelos fueron remitidos al ecotoxicólogo de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Extremadura, con el objeto de averiguar la causa o causas de las muertes.

El resultado de la analítica y necropsia de los cadáveres permitió averiguar que las aves fueron envenenadas por la ingesta de un cebo impregnado con carbofurano, una sustancia altamente tóxica.

Tras los resultados, el equipo del SEPRONA de Badajoz puso en marcha una investigación para establecer los hechos en la que contaron con ayuda del servicio cinológico de la Guardia Civil de El Pardo (Madrid) y una decena de agentes de medio ambiente de la Junta de Extremadura. En una explotación ganadera cercana a la zona donde los animales cazaban para alimentar a sus crias se detectaron recipientes con un contenido semejante al detectado en los cadáveres, que se usaba para proteger a las aves de corral del ataque de los águilas. Por lo que se imputó al propietario del terreno, así como al dueño de una finca anexa como presuntos autores de un delito contra la protección de la flora y la fauna. Las diligencias han sido puestas a disposición del Juzgado de Instrucción de Badajoz.