La segunda fase de la remodelación de la iglesia parroquial de San Mateo (S. XVI/XVII) comienzan en estos días gracias al esfuerzo de la parroquia.

Tras una primera fase acometida con fondos de la Consejería de Cultura, donde se rehabilitaron la techumbre, ahora se actuará limpiando el retablo mayor y reparando algunas grietas que han aparecido en las paredes, en las capillas laterales y en las columnas.

El párroco, Angel Solano, manifiesta que se trata de unas obras "importantes y necesarias" dado el estado de deterioro que sufren algunos de sus elementos constructivos.

El principal inconveniente que presenta esta obra son las grandes dimensiones de la nave central, al ser un templo de planta única y rectangular, a la que se encuentran adosadas los pilares y las columnas.