El convento de La Coria acogió el segundo concierto de sus Veladas musicales homenajeando al folclore de España e Iberoamérica. En ambos lados del atlántico supieron recoger la esencia de su música tradicional y plasmarla en el instrumento que mejor representa la tradición musical europea, como es el piano. De este modo, José María Duque fue el encargado de mezclar obras del pianismo español de Albéniz y Granados con las de tres representantes de la música culta argentina, Julián Aguirre, Astor Piazzolla y Carlos Guastavino.

La velada concluyó con una muestra del ciclo brasileiro, de Heitor Villa-Lobos. Durante este recital se pudo apreciar la riqueza de ritmos, melodías y sonoridades que mejor representan al patrimonio musical de sus países, y cuya calidad supo mostrar Duque con la maestría de los compositores de la música popular.