Estos días Torrejoncillo ha vuelto a ser el símbolo de la magia y la emoción con la celebración de La Encamisá, fiesta declarada de Interés Turístico Regional y Nacional. El momento cumbre fue la noche del sábado cuando las farolas de los 300 jinetes que a caballo recorrieron la procesión con la imagen de la Virgen de la Inmaculada iluminaron las calles.

Sólo la luz de estas lámparas dejaban ver los rostros de las 20.000 personas que se congregaron en este evento. Gran devoción y amor hacia la Virgen de la Inmaculada es lo que transmitían los ojos del público. No es de extrañar que hasta el alcalde del pueblo, José María Arias, no encontrara palabras para definir estas fiestas de las que dijo, "son indescriptibles".

Durante varios días se celebran ofrendas, novenas y otros actos religiosos, pero el momento estelar fue la noche del sábado con el recibimiento a la Inmaculada Concepción. Una hora antes de su llegada, más de diez mil personas llenaron la plaza Mayor para ser testigos del momento cumbre.

Después del público, que aprovechó cualquier sitio, tanto una reja como un balcón para encaramarse y no perderse detalle, 300 jinetes fueron los que seguidamente se concentraron en la plaza. Una vez todos reunidos comenzaron a disparar las salvas de pólvora entre el clamor popular.

Después de varios minutos de disparos al aire, los miles de vecinos reunidos en la plaza recibieron a la Inmaculada Concepción, momento culminante del día.

EL ESTANDARTE

Para los propios vecinos del pueblo el momento más importante tiene lugar con la salida y entrada del estandarte de la parroquia de San Andrés. Un miembro de la directiva de la Asociación de Los Paladines entrega el pendón a un socio del colectivo. El socio que recibe el estandarte sale elegido mediante un sorteo previo, realizado semanas antes de la fiesta.

Este año José María Cordero Pérez ha sido el torrejoncillano afortunado que ha recibido en sus propias manos el estandarte. Además ha tenido el privilegio de conducirlo durante la procesión y entrarlo de nuevo en la iglesia. Una vez que el estandarte se introdujo en el templo, los asistentes cantaron la salve a su Virgen.

Tanto alcalde como vecinos del pueblo aseguran que para hacerse una pequeña idea de lo que significa La Encamisá, "es necesario venir y vivirla personalmente a Torrejoncillo" y "no hay palabras para describir esta noche llena de fe y de emoción", dicen. La fiesta sigue hoy con la pura chica con actividades para los niños en la casa de la cultura.

A pesar de la emoción y el sentir de la fiestas este año los corazones de los torrejoncillanos están tristes con el suceso desgraciado que tuvo lugar en la mañana del día 7 de diciembre. La joven Elizabeth P.G.y vecina del pueblo perdió la vida al volcar el vehículo en el que viajaba y que conducía un amigo. El pueblo entero acompañó ayer a la familia en el entierro de la joven fallecida.