El periodo desde el inicio del siglo XX hasta la Guerra Civil se conoce como Edad de Plata de la Cultura Española porque fue una época donde brillaron grandes pensadores, escritores, artistas y científicos; las generaciones del 98, 14 y 27. Una ebullición cultural sin parangón con la historia anterior o posterior de nuestro país. Podríamos preguntarnos ¿los españoles de entonces estaban mejor dotado genéticamente que los actuales? No por cierto. El genio existe, solo hay que despertarlo.

En septiembre de 1931, García Lorca dijo, en la inauguración de una biblioteca en su pueblo natal: No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Han pasado más de 80 años y las palabras del genial poeta tienen, si acaso, más actualidad hoy que entonces. Cortar y recortar todos los presupuestos que fomentan las actividades culturales es un gran error que ya estamos pagando muy caro. En vez de construir aeropuertos sin aviones, es mucho más conveniente e infinitamente más rentable apoyar a nuestros creadores. Desde aquí hemos de unir nuestras voces para que se potencie la cultura, la educación, la universidad y la investigación. ¿Qué país puede ser este que la única forma posible para que progresen nuestros hijos es enviarlos fuera sin billete de vuelta? Con un poco de interés político, podría emerger una nueva Edad de Plata. No es solo inversión en educación, sino apostar por el futuro de nuestra gente, que es en definitiva, el futuro de nuestro país. Medio pan y un libro.