El verano pasado fallecieron, en sólo dos meses, 468 personas. El siniestro más trágico se produjo cerca de Maracaibo (Venezuela), donde el número de víctimas fue de 160. El avión era de la colombiana West Caribbean. El 14 de agosto, en Atenas (Grecia), los 123 ocupantes de un avión de la chipriota Helios Airways fallecieron tras un fallo en los sistemas de refrigeración. A finales de mes, otros 41 murieron después de un aterrizaje forzoso en la selva peruana. Por último, en septiembre, otros 143 viajeros perdieron la vida en Indonesia.