El 60% de los medicamentos que se comercializan a través de internet son falsificados, aunque estos no sólo están en la red, también se han detectado en gimnasios y en establecimientos de venta de productos a deportistas, según aseguró ayer José María Martín del Castillo, consejero técnico de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.

La agencia española recibió el pasado año 103 casos de medicamentos fraudulentos, y en lo que va del 2010 ha visto 29, según este técnico, que junto con el inspector jefe de grupo del Cuerpo Nacional de Policía Bernardo Gil Saló, participó ayer en una jornada sobre medicamentos falsificados organizada por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Badajoz dirigida a los colegiados de la provincia.

El responsable policial dejó claro que en la red comercial farmacéutica "no se han detectado medicamentos falsificados", ni tampoco prácticas fraudulentas en fármacos de uso común. "Generalmente suelen falsificarse medicamentos que combaten la disfunción eréctil, como la Viagra, y productos adelgazantes, hasta el momento".

En el caso de las clínicas de estética, más que medicamentos falsificados lo que se ha detectado han sido productos en los que no aparecen ni en sus envases ni en sus etiquetas la composición, lo que en algún caso ha llegado a causar daños en la salud, según Martín del Castillo.

Los laboratorios están utilizando todos los medios a su alcance para impedir el fraude, así como las fuerzas policiales, que sólo el pasado año decomisaron unas 500.000 dosis de fármacos falsificados. La Policía Nacional, según Bernardo Gil, realiza de ocho a diez operaciones anuales.

En Extremadura, la Policía Nacional está investigando un caso de medicamentos falsificados en Mérida, que en este caso no se vendía a través de internet y cuyas muestras está analizando la Agencia Estatal del Medicamento, según José María Martín del Castillo, quien aseguró que aún no tienen el resultado del laboratorio.

La principal dificultad para frenar este tipo de delitos radica en la localización de los laboratorios clandestinos donde se elaboran los productos.

Existe otro tipo de fraude que no consiste en falsificar el medicamento, sino en adquirirlos a un precio más barato con la excusa de enviarlos a países en vía de desarrollo, "pero se desvía su destino y se quedan en países desarrollados, donde se venden a precio occidental", según Martín del Castillo.