Mónica ha vivido sus segundas 24 horas de vida lejos de los brazos de su madre. Una mujer secuestró el martes al bebé, al que arrebató de su cuna del Hospital del Mar, aprovechando que la madre había salido a fumar un cigarro. La pequeña apareció ayer por la tarde en el ascensor de un piso de Badalona. Dormía plácidamente. Llevaba los pañales limpios y estaba envuelta en toallas de papel.

El bebé desapareció a las 19.30 de la tarde. La madre, Mónica, de 27 años, se ausentó de la habitación cinco minutos, el tiempo que tardó en fumarse un cigarro. Al cuidado de su pequeña dejó a Saray, una joven a la que conoció en el hospital, tres semanas antes, en una revisión rutinaria. Mónica no volvió a ver a Saray hasta el martes, cuando se presentó en la habitación y se deshizo en mimos con el bebé.

La mujer, enloquecida por la ausencia, empezó a gritar. Ofreció una detallada descripción de la secuestradora y declaró que tenía miedo a la reacción de su marido, que fue retenido mientras responsabilizaba a su mujer y gritaba que la mataría.