En la más fría noche de la Navidad, como reza uno de nuestros villancicos preferidos, en Nochebuena, cuando las calles y los hogares hervían de bullicio y alegría, propios de estas fiestas, nos dejó para siempre un buen amigo y compañero: Jesús María Marcos, presidente de nuestro Orfeón Cacereño. Nuestras gargantas quedaron atenazadas por el dolor de su pérdida; apartamos los villancicos bullangueros de zambombas y panderetas para ofrecerle otros más solemnes que nos dejaron como legado autores como Mozart, Beethoven, D´Arteau, Reading, Gruber y otros, en la certeza de que, en la noche más fría de la Navidad, nuestro compañero Jesús había unido para siempre su voz a la de los coros celestiales.

Adiós, compañero, adiós, amigo. Descansa en Paz.

Isabel Gil