Quien no conoció a Flores Canelo, no conoce Cáceres. Después de pasar muchos años sirviendo copas en la que fue la céntrica cafetería Acuario , se hizo hostelero autónomo en el último barrio donde vivió, el Residencial el Vivero . Abrió un bar en régimen de alquiler, al que le dio su nombre, Bar Flores , cuando en el barrio sólo se habían levantado dos bloques y apenas vivían cuatro vecinos. Contra viento y marea, aguantando la soledad de un barrio que empezaba a ser parido por una ciudad en plena expansión, el hombre, con paciencia y muchas horas de trabajo, hizo su camino al andar, como diría Machado, y terminó explotando su propio negocio, por donde ha pasado medio Cáceres, porque Flores era uno de los camareros más conocidos de la ciudad. Su pasión, el Real Madrid. A menudo le decíamos bromeando: "Flores, que suerte tienes, te pasas todo el día en el bar y tu mujer no te monta la bronca". El lunes de madrugada nos dijo adiós para siempre y dejó un hueco vacío muy grande en el Vivero, porque él de por sí era amplio; un gran tipo. Vaya para ti, Flores, una canción que sé que te gustaba, porque la compuso uno de tus cantantes favoritos: "Cuando un amigo se va" de Alberto Cortes. Adiós amigo.

Juan Jiménez