TQtué tiempos aquellos en que el agua era buena simplemente porque venía de la fuente. Ya con eso era suficiente para garantizar su potabilidad. Ahora el agua de Cáceres es como los ciclistas. Le hacen controles de dopaje y hay quienes piden el contranálisis, por si acaso.

A mí el agua del búcaro o del botijo, que se bebe a morro, siempre me pareció buena por mucho que supiera a barro. Con algo de anís se solucionaba el problema.

Dicen que los científicos han encontrado en el agua del Ebro unas sustancias que están afectando a los peces, a su sistema reproductor y endocrino. Por eso el que hayan encontrado en el agua de Cáceres algunos parámetros disparados puede darnos muchas coartadas en nuestro día a día.

--Ay, cari, que no es un gatillazo. ¡Es que me he vuelto ovovivíparo, como las tencas!

--Tú y tus excusas para no cumplir en el tálamo conyugal...

--Que sí, que este agua del Guadiloba me está afectando mucho...

Recuerdo una vez que estaba hablando con un biólogo del embalse de Arrocampo, ése en que el agua está calentita. Me decía cosas la mar de curiosas sobre los peces que allí viven.

--¿Por qué dan esas volteretas las carpas fuera del agua?

--Es para regular su temperatura corporal, al estar el agua más caliente de lo que es habitual... Pero, si te soy sincero, creo que saltar... ¡saltan de alegría! Mira, mira, qué arte tienen las carpitas. ¡Ole y ole!

Refrán:Nunca digas de esta agua no beberé porque si le echas anís, te sabe demasié .