La polémica del pañuelo islámico irrumpe de nuevo en la enseñanza. Najwa, estudiante de 4º de ESO, de origen marroquí de 16 años, lleva una semana sin acudir a clase ante la prohibición de su colegio en Pozuelo de Alarcón (Madrid) de llevar la cabeza cubierta. Eduardo de Bergia, director del instituto público Camilo José Cela, justificó ayer el veto en que el reglamento del centro no admite en las aulas a alumnos con ropa provocativa ni con la cabeza cubierta, lo que incluye gorras, capuchas, cascos o el hiyab (pañuelo islámico). Ante la irritación de colectivos islámicos y progresistas, la Comunidad de Madrid, presidida por Esperanza Aguirre, respalda la decisión del instituto, ya que --según la consejera de Educación, Lucía Figar-- cada centro es autónomo para fijar sus reglamentos, según la LOE y las normas autonómicas.

A LA SALA DE VISITAS El conflicto de hace dos meses, cuando Najwa, cumplió los 16 años y optó por cubrirse la cabeza con el hiyab , en medio de las reticencias primero y el apoyo posterior de su padre. Cuatro de sus profesores le formularon otros tantos apercibimientos y, ante su decisión, un sector del consejo escolar, pidió al director que se aplicase el artículo 32 del reglamento que prohibe la entrada a clase con la cabeza cubierta. Así se acordó el 8 de abril. Desde entonces, solo se le permite pasar las seis horas de la jornada escolar en la sala de visitas. Algunos compañeros le llevan allí los apuntes. "Di el paso porque me gusta mi religión. No quiero perder el curso, pero no pienso volver a clase sin mi hiyab , ni irme a otro centro", dijo ayer Najwa.