El ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, ha afirmado en La Coruña que no tiene ninguna duda de que la capacidad de respuesta ante el accidente del Prestige fue "óptima" y ha dicho que "no soy profeta y no sabíamos que el barco iba a reventar en alta mar".Álvarez Cascos ha presidido en La Coruña una reunión de coordinación del grupo de trabajo que depende del Ministerio de Fomento y posteriormente ha ofrecido una conferencia de prensa en la que, preguntado sobre las consecuencias de alejar el barco, ha afirmado que "si la responsabilidad política hay que asumirla por no ser profeta, yo se la ofrezco", ha contestado a un periodista."En estos temas no hay que ser profetas, sino que hay que estar preparados", ha dicho el ministro, que ha agregado que "en este Ministerio la responsabilidad es de 24 horas al día, 7 días a la semana y 365 días al año y el Prestige nos cogió preparados".Acciones judiciales contra la empresa RemolcanosaÁlvarez Cascos ha manifestado además que la decisión de emprender acciones judiciales contra la empresa Remolcanosa, propietaria del Ría de Vigo, están en manos de la abogacía del Estado y "se guiará por criterios jurídicos", y reiteró que "las eventuales acciones que puedan ser exigibles por incumplimiento de contrato no afectaron a la operación de emergencia"."Todo se hizo con arreglo a las decisiones de las autoridades marítimas", ha destacado, y ha añadido en relación a este asunto, que "a nadie le puede parecer mal que además de los medios en disponibilidad se movilizaran más".Álvarez Cascos ha dicho, además, que "he visto muchos comentarios sobre posibilidades a adoptar con el barco, como que hubiese podido entrar en La Coruña" y ha destacado que "todas las opiniones son muy respetables, pero las decisiones que no se toman en tiempo real son muy poco operativas".Preguntado sobre si se siente apartado por el hecho de que sea el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, y no él que dirija la comisión de coordinación tras el accidente a pesar de haber sido quien tomó la decisión, el ministro de Fomento ha dicho que en ningún momento "he sido relegado, ni nadie me dio el mando".También ha explicado que los buques anticontaminación, 16 en total, continúan trabajando en la zona del hundimiento, en las Rías Baixas, en Muros y en el Cantábrico y ha anunciado que el 21 de diciembre llegará un barco más para colaborar en las tareas de recogida del fuel en alta mar. Fuel frente a las costas de LlanesÁlvarez Cascos ha informado de que la mancha de fuel procedente del Prestige que se encuentra más cercana a la costa está a tres millas al nordeste de Llanes (Asturias), mide dos millas por diez metros y es "de color marrón y espesa".También ha informado de que se ha producido la condensación de manchas fragmentadas a 28 millas al sudoeste de Cabo Silleiro, en un área rectangular de 18 millas por seis de ancho.Asimismo ha apuntado que hay localizadas manchas irisadas de color marrón de 200 por 65 metros y de 150 por 50 de poca densidad en la zona del hundimiento del petrolero, y en numerosos puntos hay "irisaciones" del fuel.El ministro de Fomento ha explicado que en la jornada de hoy soplan vientos de componente sur que están provocando un fuerte oleaje por encima de cuatro metros, que impide trabajar a los grande buques de lucha contra la contaminación.Alerta en la Rías BaixasLos marineros de las Rías Baixas están preparados desde primera hora de la mañana por si tienen que volver a salir a defender sus bancos marisqueros y caladeros, mientras varias embarcaciones han salido para vigilar la posible entrada de nuevos vertidos de fuel del Prestige.Las previsiones meteorológicas para la zona anuncian vientos de suroeste, que podrían acercar los vertidos de fuel al litoral. El batiscafo Nautile está intentando bajar de nuevo a la zona en la que se encuentra hundido el Prestige para tratar de taponar otra de las 14 grietas por las que sale el vertido del buque.En la ría de Arousa, diversas embarcaciones han salido a las bocanas del norte y del sur de esta zona marisquera, para comprobar si se acercan manchas de fuel, mientras en los muelles los bateeiros y las lanchas esperan la orden para salir, aunque la climatología les sigue siendo adversa.El patrón mayor de la cofradía de Aguiño, en Ribeira, Andrés Monteagudo, ha explicado que los vientos del suroeste "nos son desfavorables", aunque por el momento no se han avistado nuevos vertidos y los marineros están "tranquilos", mientras cientos de voluntarios han salido a limpiar las playas de la zona.En cualquier caso, ha afirmado Monteagudo, aunque el tiempo ha mejorado con respecto ayer, las condiciones siguen siendo malas y las embarcaciones resistirían malamente en la bocana si tuvieran que salir hoy a recoger más manchas.En el extremo sur de la ría, en O Grove, una lancha ha salido a la mar para vigilar también la bocana, y aunque "hay mucho viento, estamos preparados para salir si hace falta", ha dicho el vicepatrón de esta cofradía, Manuel Iglesias.Mientras, cientos de voluntarios han salido de la lonja de esta localidad hacia las playas de La Lanzada, Reiro, Área de Cruz o La Barrosa.Tanto en estas playas como en las del norte de la ría los trabajos también son menos fructíferos que en otras ocasiones, ya que hay pleamar hasta la tarde y es difícil recoger las manchas antes de que baje la marea.En la ría de Vigo han salido cuatro embarcaciones de la ciudad y de Cangas para vigilar la posible entrada de manchas, mientras los marineros de Moaña trabajan en la fabricación de una red que pretenden les sirva de barrera, según explicó el patrón mayor, Juan Luis Piñeiro.