Los expertos de distintos países reunidos en Salamanca en el V Congreso Nacional de Prevención y Tratamiento del Tabaquismo destacaron ayer la posibilidad, no muy lejana en el tiempo, de contar con una vacuna que evite la adicción a la nicotina.

En este sentido, el neumólogo salmantino y presidente del congreso, el doctor Miguel Barrueco, señaló que "los estudios con animales indican que esta vacuna es biológicamente posible".

El propósito de los investigadores es conseguir que el organismo, tras la inyección de los antígenos de la nicotina, genere anticuerpos capaces de unirse a las moléculas de este alcaloide.

Barrueco señaló que "es poco probable que tengamos a muy corto plazo un producto capaz de inmunizar contra el mayor de los males evitables del planeta", pero agregó que "en 5 o 6 años, si los estudios clínicos dan buenos resultados, se intente tratar, e incluso prevenir, el tabaquismo usando el sistema inmune".

Las vacunas contra el tabaco podrían cumplir el doble objetivo de evitar las recaídas en aquellos que hubieran conseguido abandonar este hábito y ayudar a los que quieren dejar de fumar.