El sistema educativo español adolece de falta de control sobre los colegios, incentivos a los docentes y ayuda individualizada al alumnado. Andreas Schleicher, responsable del Informe PISA 2006, hizo ayer este diagnóstico en una jornada dedicada al análisis de los resultados españoles e internacionales del ya famoso estudio de la OCDE. "España utiliza demasiado la repetición de curso. Eso consume muchos recursos y es poco productivo. Es mucho más rentable la ayuda individualizada a los alumnos", advirtió, amparándose en comparaciones con otros países. Según datos oficiales, en 4º de la ESO se registra el 13,7% de repetidores, mientras que en el norte de Europa no se llega al 5%.

Schleicher puso a Corea del Sur y Polonia como referente de países que tienen un desarrollo socieconómico similar al español y, sin embargo, han obtenido mejores resultados. "Mantenerse en medio de la tabla no va a permitir que España siga siendo competitiva. Debe hacer un esfuerzo, porque existe mucha presión en le contexto mundial", planteó como reto.

España tiene que resolver, según el responsable de evaluación del informe, una "mejora de la creatividad", ya que los alumnos han demostrado un bajo nivel en la comprensión lectora, "cimiento fundamental para rendir en matemáticas y ciencia".

Schleicher aseguró que el sistema educativo español está basado en incorporar conocimientos de memoria, lo que no estimula el pensamiento lógico y explica el retroceso en comprensión lectora de los alumnos de 15 años y el bajo porcentaje en el nivel de excelencia. "A los escolares españoles --explicó-- les cuesta mucho reflexionar, extrapolar y extraer conclusiones de lo que leen, una competencia fundamental desde el punto de vista de las demandas del mercado mundial".

El responsable del informe hizo un análisis crítico sobre los conocimientos en ciencias. A su juicio, los alumnos españoles comprenden su importancia, pero desechan la posibilidad de dedicarse profesionalmente a esta área. "No quieren ser científicos, cuando está claro que la investigación y la capacidad de innovación de los sistemas educativos es primordial. España podría hacer mucho más en ciencia", lamentó.