Negro sobre negro. La marea negra no perdonó y, para desesperación de todos, la Costa de la Muerte volvió a despertar ayer enlutada y apestando a fuel. Catorce días después del primer azote del Prestige , una primera avanzadilla del vertido que sigue a la deriva desembarcó en playas y acantilados rematando el poco marisco y pescado que debe quedar vivo en la zona. Pero lo peor está por venir: una mancha de un tamaño superior a 14 campos de fútbol espera desafiante a solamente 34 kilómetros (19 millas) de Corrubedo, es decir, a la vuelta de la esquina de las rías de Arousa y Muros.

Su llegada tal vez coincida con la visita que el rey Juan Carlos realizará hoy a la zona. Los responsables de la Casa Real no han tenido fácil trazar un itinerario. La segunda marea negra avanza hacia la costa por etapas, totalmente dispersa y en un frente de más de 50 kilómetros.

DE CAMARIÑAS A FISTERRA

El pelotón de cabeza tiñó de negro una gran zona entre Camariñas y Fisterra. Pocos tramos se libraron del fuel. Pero justo en la otra punta del mapa, más allá de Ferrol, el petróleo también hizo acto de presencia en las playas de Valdoviño y Campelo. Estos datos confirman que el fuel se mueve de punta a punta y que su estela abraza toda la costa gallega.

Las bochornosas imágenes, aunque ya conocidas, dejaron mudos a los vecinos de Muxía, una población especialmente castigada por el Prestige . Hasta seis veces se ha limpiado ya el paseo de la playa de O Coido. Pues ayer, otra vez, el petróleo cubrió sus bancos, farolas, piedras y arenales. A pocos metros, en la playa de la Padrina, medio centenar de voluntarios llegados de Madrid limpiaban las piedras bajo el azote de unas olas negras que les devolvían más petróleo.

"El fin de semana que viene aprovecharé los cuatro días de fiesta y volveré. Te sientes impotente pero con lamentos el fuel no se desprende de las piedras", explicó enérgico Oscar Garrido. Junto con otros dos amigos llegó el sábado a Muxía desde Valladolid. Durmieron en el coche, comieron bocadillos que ellos mismos se pagaron, y ayer se pasaron ocho horas sacando fuel con las manos. Estaban reventados.

Los vecinos de Muxía ya no saben qué decir. Les faltan verbos y palabras. Los bares están llenos de mal humor. Muchos se encontraron con la tragedia tras regresar de la multitudinaria manifestación de Santiago. Otros vecinos, como los de Camariñas o Fisterra, descubrieron por primera vez el agrio olor del petróleo sobre la arena.

LOS VIENTOS NO AYUDAN

Los vientos se niegan a colaborar. Se espera que hoy vuelvan a empujar las manchas hacia la costa, tras el respiro que concedieron ayer y que permitió que en las rías se colocaran barreras y que los buques absorbieran petróleo.

En Arousa, una veintena de embarcaciones mejilloneras colocaron una barrera en la entrada de la ría y los mariscadores de Noia pudieron instalar la que han construido en la boca de la ría de Muros. "¿Quién va a dormir hoy tranquilo?", preguntó Nito Dios, mejillonero de Muros.

"Tranquilo, dormirá Mariano Rajoy, que sigue minimizando la tragedia y eso que es gallego", dijo Guillermo Toba, responsable del tractor que sólo ayer transportó 31 toneladas de fuel de la playa de Nemiña, en Muxía. Rajoy aseguró que "más manchas pequeñas alcanzarán la costa, pero no tienen porque ser grandes".

En el bar Cabuxo, de Santa Mariña, un grupo de mariscadores escuchó las palabras del vicepresidente. A Manuel Castro Tajos le costó contener las lágrimas. "No nos han quitado ni una gota de fuel de la primera marea y anoche ya llegó la segunda. Puedo trabajar en lo que sea. ¿Si te enteras de algo me llamas?".

LA XUNTA SE PERSONARA

El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, anunció que su Ejecutivo se personará en la causa judicial abierta por el siniestro. Afirmó que "ya llegará el momento de exigir responsabilidades" y de "desenmascarar a más de uno". Fraga aseguró que "en pocos meses quedará limpio el último centímetro de las costas".