Los pasajeros afectados en el aeropuerto de Barajas por las protestas de los trabajadores de handling de El Prat aseguraron estar "entre agotados y cabreados", algunos porque no llegaron a una reunión de trabajo en Barcelona y otros porque se prolongó la agonía del fin de las vacaciones.

Cientos de pasajeros se vieron afectados en Barajas por las protestas de El Prat, desde ejecutivos en viaje de negocios hasta familias, parejas y grupos de amigos que regresaban de vacaciones, o personas que pretendían pasar el fin de semana en la Ciudad Condal.

El aeropuerto de Barajas preveía operar 1.241 vuelos, en el comienzo del último fin de semana de julio, en el que muchos españoles comienzan o acaban sus vacaciones.

Las protestas del personal de tierra en el aeropuerto de Barcelona obligaron a la cancelación de 97 vuelos de la ruta Madrid-Barcelona.

Por la mañana abundaban en las oficinas de las compañías ejecutivos con maletín que exigían "cabreados" explicaciones a los empleados de las compañías al comprobar que su vuelo se retrasaba "por algo que parece que pasa en Barcelona, pero que no nos aclaran".

Un pasajero de Iberia que a las once de la mañana llevaba dos horas esperando en la zona del puente aéreo afirmó que "ante una huelga salvaje, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado deberían actuar para que se restablezca lo que es un servicio público".