Ocaña Una pila. Un hombre. Un avión. Un vuelo. Ningún motor. Puede que resulte inverosímil que un aparato de 16,3 metros pueda volar gracias a la fuerza de una pila de hidrógeno, pero eso es lo ha pasado en el aeródromo de Ocaña. Boeing presentó ayer el proyecto que rezuma un buen propósito ecológico, aunque, de momento, no es para aviones comerciales. J. S.