A quién le importa, está hecho, se acabó la historia". El 16 de abril, después de que BP decidiera hacer de mala manera un trabajo de cementación en un pozo en el golfo de México, Brett Cocales, ingeniero de la compañía, escribía este mensaje a un colega. Cuatro días después, la plataforma Deepwater Horizon explotaba. 11 personas morían. A 1.500 metros de profundidad, arrancaba el mayor desastre ecológico de la historia de Estados Unidos. Y aunque Cocales tenía razón en una cosa (algo estaba hecho) se equivocaba en otras dos. Importaba. Y la historia no acabó.

Las investigaciones de la prensa han señalado durante 57 días algunos pasos erróneos que dio BP antes del accidente. Ahora, el Congreso de EEUU, a través de entrevistas y gracias al acceso a documentos internos de la compañía, ha presentado la lista más detallada de las ofensas de BP, identificando atajos que la petrolera tomó en la explotación del yacimiento Macondo.

En una carta de 14 páginas que dos demócratas enviaron el lunes a Tony Hayward, consejero delegado de BP que hoy mantiene su primera --y seguro tensa-- reunión con Barack Obama en la Casa Blanca, se enumeran al menos cinco decisiones que la empresa tomó para "acelerar la finalización del pozo", cuya construcción iba "retrasada".

Varias tenían que ver con la instalación de la tubería por la que el crudo debía llegar desde el yacimiento a la superficie y con la cementación, el proceso por el que se inyecta cemento en las paredes del pozo perforado para asegurar la estabilidad y protección de esa tubería. Aunque Halliburton, la empresa subcontratada para esos trabajos, recomendó usar 21 aparatos para centrar la tubería, BP decidió que seis bastaban.

"BP repetidamente escogió procedimientos arriesgados para reducir costes y ahorrar tiempo, e hizo esfuerzos mínimos para contener el riesgo añadido", denuncian los congresistas, que enumeran otros "atajos". Por ejemplo, optó por no realizar una prueba de entre nueve y doce horas que habría comprobado la integridad del cemento. Para ahorrar entre cinco y ocho millones de euros, escogió una opción para la tubería de acero más insegura que otras. Además, BP no aseguró las conexiones entre tuberías de distintos tamaños ni realizó pruebas haciendo fluir lodo pesado, que habría permitido detectar bolsas de gas, como las que provocaron la explosión el 20 de abril.

PLANES DE EMERGENCIA Informaciones como esas se usaron ayer en la comparecencia del responsable de BP en EEUU, Lamar McKay, y otros cuatro directivos de Shell, Exxon, Chevron y ConocoPhillips, ante el subcomité de Energía y Medioambiente del Congreso. Los congresistas acusaron a las compañías de mantener planes de emergencia casi idénticos (los hizo la misma empresa), insuficientes y plagados de ficción. Varios, por ejemplo, citan la protección de las morsas (desaparecidas hace millones de años del golfo de México) e incluyen el número de teléfono de un experto que murió hace años.