La justicia británica ha impuesto una pena de 25 cadenas perpetuas a un hombre que violó y maltrató durante casi treinta años a sus dos hijas, a las que dejó embarazadas en 19 ocasiones. La prensa británica recoge hoy los detalles del proceso judicial abierto a este maltratador, al que ya han bautizado como el "Fritzl del Reino Unido", por las similitudes que existen con el jubilado austríaco acusado de encerrar en un sótano y violar a su hija durante 24 años.

El violador británico, de 56 años y cuyo nombre no puede revelar la prensa por razones legales, abusó en repetidas ocasiones de sus hijas desde 1979, cuando la más pequeña cumplió ocho años, hasta el pasado febrero, cuando las mujeres buscaron auxilio. Fruto de las violaciones nacieron nueve niños, dos de los cuales murieron poco después de ver la luz, pero las víctimas sufrieron diez abortos.

El agresor, que pasará como mínimo 19 años y medio en prisión y no mostró ningún arrepentimiento por sus actos, reconoció 25 violaciones y cuatro abusos sexuales, pero la policía calcula que una de las mujeres pudo haber sido violada más de mil veces, según informa el "Daily Mirror". El juez del caso, Alan Goldsack, de Sheffield (Inglaterra) explicó que ahora es necesario aclarar por qué los servicios sociales y sanitarios fallaron a la hora de reconocer y evitar los abusos.

A pesar de los numerosos embarazos, el personal del hospital nunca investigó por qué estas mujeres volvían a quedarse embarazadas ni la identidad del padre de las criaturas. El departamento de asuntos sociales de Sheffield ha encargado una investigación independiente para esclarecer esas incógnitas y localizar los fallos de los servicios públicos. En 1997, la policía emprendió una investigación después de que el hermano de estas mujeres, que abandonó la casa con su madre debido al "habitual recurso a la violencia" por parte del padre, les hablara de un posible incesto, pero nada ocurrió.

El agresor encerraba a las hijas en sus dormitorios cuando salía de la casa yles tenía prohibido hacer amistades con chicos o salir solas del domicilio. Cada seis meses, la familia cambiaba de domicilio en los condados de Yorkshire y Lincolnshire y el padre elegía siempre lugares solitarios para no despertar sospechas entre los vecinos.