TAtún no se ha estrenado en Extremadura la última película de Pedro Almodóvar, pero ya le estamos dando caña. El cineasta ha dejado claro que el argumento no es un reflejo de su vida. En ningún momento ha dicho que esas experiencias turbias que, parece ser, aparecen en el film tengan relación con el cacereño colegio franciscano donde estudió.

Sin embargo, por si acaso, en artículos de prensa y conversaciones de café se ha iniciado una especie de cruzada para defender el buen nombre del colegio San Antonio , a pesar de que, por lo que yo he leído, Almodóvar ha procurado alejar cualquier relación directa entre su película y esta respetada institución educativa cacereña. Pero es lo mismo, aquí, antes de que diga nada, se le dan unos capones por progre, por liberalote, por cultureta, por creérselo y, me ha parecido intuir, por su heterodoxia sexual.

Yo no estudié en el San Antonio , pero mi mujer, mis cuñados y mis amigos, sí y por lo que me cuentan, están encantados con el trato que recibieron de los franciscanos.

Pero no es ese el problema, sino cómo sin venir mucho a cuento porque no ha llegado aquí la película ni Almodóvar ha dicho nada malo del colegio, se está aprovechando La mala educación para arrearle un puntapié a los progresistas, una colleja a los intelectuales, un pellizco a los modernos y una mirada de desprecio a los homosexuales. La verdad, si así están las cosas 40 años después, no me extraña que Almodóvar se fuera espantado de aquí.

*Periodista