El ministro de Fomento, Francisco Alvarez-Cascos intentó ayer relativizar el encadenamiento de accidentes de tren durante el mes de enero, que atribuyó sólo a una "fatal casualidad". Tras el descarrilamiento del talgo Barcelona-Salamanca en las inmediaciones de Pancorbo (Burgos), en el que resultaron heridas 16 personas, el ministro insistió en defender el transporte ferroviario "porque es el más seguro", aunque admitió que "no es ningún consuelo cuando uno se enfrenta a un accidente de estas características".

Cascos explicó los motivos del accidente. "El que ha descarrilado es el furgón, el que va detrás de la locomotora, pero ésta ha permanecido sobre la vía, al igual que el resto de la composición del tren, lo cual ha de centrar el examen de las causas sobre lo sucedido en este vagón". En opinión del titular de Fomento, el accidente obliga a reafirmar el compromiso de mantener "la prioridad en la seguridad y de trabajar como si la utopía fuera posible".

En el accidente de Pancorbo, 20 personas resultaron con lesiones, de ellas 14 tuvieron que ser hospitalizadas, pero fuentes de Renfe confirmaron que todos los heridos fueron dados de alta ayer, a excepción del ciudadano de origen noruego, de 63 años, que sigue ingresado en el hospital de Vitoria. Tiene cuatro costillas rotas.

El siniestro es el quinto registrado en menos de un mes en las vías férreas de Castilla y León, Fomento asegura que la vía estaba "en perfecto estado".