TEts este un animal que pertenece a la mitología de diversos pueblos sudamericanos. Es un bicho asqueroso, de aspecto mutante según el país, que ataca al ganado por las noches y devora sus partes blandas, nobles incluidas, al tiempo que chupa su sangre dejando a su víctima seca, cual si se la hubieran extraído con una jeringuilla . Ataca de noche y a traición.

Y, mira por dónde, ha venido a mi memoria de pronto este bicharraco cuando leo que la Sociedad General de Autores de España, presidida por este trasunto de chupacabras y vampiro llamado Eduardo Bautista , no conforme con los cánones que ya cobra a bares y restaurantes, cedés y cintas vírgenes, ordenadores y grabadores, quiere ampliar su radio de acción succionador a bodas, semanas santas y ferias diversas. U séase, que un comisario del tal se presentará antes del sí quiero a llevarse su trozo de tarta nupcial; las cofradías de penitentes pagarán si no quieren engrosar la del silencio y en la Feria de Abril tendrán que bailar sevillanas de oído. ¿Por qué no aumentar la chupada a los desfiles militares, a los partidos internacionales con sus himnos, a los músicos callejeros y a las majorettes de Santa Marta? ¿Se atreverá este insaciable a ir a los entierros y cobrar por los gorigoris? ¿Le cobrará a los canónigos por sus gregorianos y a los frailes por sus maitines? Me malicio que lo intentará porque desde que cambió la trompeta por la jeringa a este tío no hay quien lo pare. Lo cual que miedo tengo de que se me escape un pedete musiquero o a cantar mientras me ducho, vaya a presentarse un comisario de la SGAE queriendo canonearme .