Los cacereños han necesitado siempre pocas excusas para echarse a la calle. Conocida es la afición al paseo y las aglomeraciones en tradicionales citas como la Semana Santa o la bajada de la Virgen y otras más lúdicas y recientes como el Womad o el Mercado Medieval, además de la siempre carismática y recurrente ruta que va del Parque de Cánovas hasta los aledaños de la Plaza Mayor.

Una nueva cita parece sumarse ahora al calendario. La Copa Umbro de fútbol 3x3, que visita por cuarta vez la ciudad, ha llevado a un buen puñado de padres, la mayoría de ellos cuarentones, hasta las pistas al aire libre de la barriada de Moctezuma. El buen tiempo y el buen rollito de gran número de cabezas de familia cacereños ha provocado que las diferentes actividades deportivas organizadas durante el fin de semana haya contado con tanta o más animación fuera de las pistas que en el césped artificial que da derecho a los ganadores a un fin de semana en Eldorado de Terra Mítica.

La soleada mañana de invierno se alió con los organizadores y las actividades generadas alrededor de la Copa Umbro convivían en perfecta armonía con otros juegos más tradicionales y habituales de cualquier otra mañana de sábado por esos lares, como la petanca. Ajenos al bullicio que había invadido su espacio vital, talluditos cacereños conservaban la flema, manteniendo la distancia necesaria con el circo que se había montado a su alrededor.

Y precisamente a su alrededor se había formado una ajena amalgama de niños y padres. En muchos casos costaba distinguir quién era cada uno, dado que en muchos casos los papeles se invertían, dado el apasionamiento. Se animaba, se protestaba, se trasladaba a los niños en algunos casos la competitividad del mundo adulto, aunque todo en ese ambiente, en el fondo, distendido que las soleadas mañanas de un sábado invernal suelen proporcionar.

Funcionarios, creativos, comerciantes, administrativos, culturetas ... mucho profesional liberal poblaba el recinto con el periódico bajo el brazo. Mucha cámara de fotos, mucho móvil última generación para inmortalizar las andanzas de los niños s en una disciplina tan epopéyica y dada a la literatura de combate como el fútbol. Y era un día en el que el deporte en la calle vencía con la iniciativa del ayuntamiento, que puso en marcha un nuevo programa ayer.

Mucho encuentro paralelo entre amigos o conocidos que hasta hace bien poco se veían las caras en las atiborradas barras de la calle de los bares o en las atestadas pistas de los pubs de La Madrila. Todo aquello pasó a mejor vida. Ahora se encuentran en las puertas de los colegios, en las colas de las cajas del Carrefour, en las empedradas calles del Casco Antiguo en Semana Santa... o en la Copa Umbro.