El primer paso consistió en extirpar los óvulos de la vaca. Más tarde se borraron las huellas genéticas y se inyectó ADN humano (obtenido de células epidérmicas) en el interior. Resultado: embriones híbridos. Es lo que ha hecho un grupo de científicos británicos de la Universidad de Newcastle, cuyos miembros explicaron que sorteaban así la escasez aguda de óvulos humanos para poder crear embriones al servicio de la investigación. "Los óvulos humanos son difíciles de encontrar, así que pensamos que podíamos soslayar esa escasez utilizando en su lugar óvulos de vaca", señaló el profesor John Burn, director del Instituto de Genética Humana de la universidad.