Yusniel Lezcano y Cecilia Reinoso son los padres de una niña de 8 años y dos mellizos de apenas 4 meses, quienes vivieron --sin enterarse-- su primera evacuación a la costa occidental de Cuba para protegerse del huracán Wilma . Viven cerca de la playa de Boca de Galafre, en Pinar del Río, y son parte de las más de 360.000 personas evacuadas por el Gobierno.

Tan sólo en la provincia de La Habana, más de 170.000 personas han abandonado sus hogares. La mayoría de ellos ha encontrado refugio en casas de amigos y familiares, mientras que 15.306 fueron trasladados a alguno de los casi 1.000 albergues habilitados por el Gobierno.

Cecilia Reinoso asegura que no les han faltado las atenciones. Tenemos "hasta compota para los pequeños", declara Reinoso al diario Juventud Rebelde .

El paso del ojo del huracán y la relativa calma que ha dejado desconcierta a los expertos. No obstante, según afirmó el jefe del Servicio Meteorológico de Cuba, José Rubiera, "aunque hoy no pase nada y mañana tampoco, no debemos bajar la guardia".

Las clases están suspendidas desde el jueves, así como las exposiciones y los conciertos. El aeropuerto de La Habana permanece abierto, pero han sido suspendidos los vuelos a Cancún y Guatemala.