El magistrado del Juzgado Segundo de Cancún (México) dejó ayer en libertad bajo fianza a la española Ana María Ríos Bemposta, detenida el 8 de octubre en el aeropuerto de esta ciudad, cuando acababa su viaje de luna de miel, después de que la policía encontrara material bélico en el equipaje. Tras pagar 22.000 pesos (unos 1.600 euros), la turista, de 26 años y origen gallego, pudo salir de la cárcel al ser desestimado el principal cargo que se le imputaba: posesión de un detonador de uso exclusivo del Ejército. No obstante, la joven debe comparecer todos los lunes ante el juez y no puede salir de México, ya que aún se la acusa de tener balas y cartuchos en su maleta.

El viaje nupcial por la Riviera Maya mexicana que realizaron Ana María Ríos y su marido, Marcos Dasilva, acabó convirtiéndose en una pesadilla cuando en el aeropuerto de Cancún, antes de regresar a España, le encontraron nueve cartuchos de gran calibre y un detonador. "Ni siquiera había visto nunca una bala", aseguró la recién casada, pero eso no le sirvió para evitar la detención. La policía la arrestó bajo la acusación de "violar de la ley de armas y explosivos" y tener "artificios de guerra", aunque los funcionarios de la prisión permitieron al menos que durmiera en la enfermería hasta que se aclarara el caso y que estuviera acompañada de su madre, que voló nada más enterarse de la noticia a Cancún procedente de su pueblo, Arcade (Pontevedra).

El panorama no se empezó a despejar hasta el viernes pasado, gracias a las contradicciones que aparecieron en las declaraciones ante el juez de un policía y la empleada encargada de la máquina de rayos X. Las gestiones de los abogados, del cónsul general de España en México, Herminio Morales, y del honorario en Cancún, el empresario Javier Marañón, empezaron entonces a dar más frutos. Pero aún no han acabado, puesto que la defensa prepara un "movimiento legal" para que pueda regresar pronto a España.

MOCHILA CON CREMALLERA El esposo, un fontanero nacido en la aldea marinera de Cesantes, explicó que, durante la semana de la luna de miel, anduvieron con una pareja de vascos y que nunca se movieron del hotel. "Ni salimos", repetía. También explicó que la maleta de su mujer es de "tipo mochila, con bolsillos de cremallera que cualquiera puede abrir", e insistió en defender la inocencia de su mujer, que trabaja de peluquera.

"Ha sido una pesadilla horrorosa. Esto no me puede estar pasando a mí. Me tengo que pellizcar para creérmelo", relataba Gloria Bemposta, madre de la turista. Afortunadamente para toda la familia, Ana María recuperó ayer la sonrisa al enterarse de que podía volver al hotel a la 1.45 hora local (las 8.45 horas en España).

Quedan asuntos por resolver, pero las gestiones van en buen camino. Además, la joven ya ha podido comprobar el apoyo mostrado tanto por las autoridades como por sus conciudadanos. En Galicia, las risas volvieron a las casas de los familiares y los vecinos de Arcade, que se manifestaron el sábado en solidaridad con la joven y ayer salieron a la calle para mostrar su alegría y pensar en la fiesta de bienvenida. Como dijo en Cesantes la madre del marido, Andrea Bouzón: "La verdad es coja pero llega".