Intermón Oxfam y Médicos sin Fronteras (MSF) entregaron ayer en la sede de la compañía farmacéutica Novartis en Barcelona 250.000 firmas para reclamar que la empresa retire una demanda que podría obligar a reformar la ley de patentes de la India. Según las dos oenegés, si el Supremo indio reconoce la patente del anticancerígeno Glivec sentaría un precedente que dejaría a millones de personas sin acceso a medicamentos genéricos que la industria india produce a bajo coste.

Novartis alegó ayer que suministra gratuitamente el fármaco a miles de personas y argumentó que respetar los derechos a la propiedad intelectual de los laboratorios que desarrollan nuevos fármacos es necesario para mantener "los avances en investigación y la innovación".

El medicamento en discusión cuesta 2.600 dólares al mes por paciente, y el genérico, 200 dólares. La ley de patentes que adoptó finalmente India para conseguir ingresar en la Organización Mundial del Comercio incluye una salvaguarda: este país no registra medicamentos que considera que no son innovaciones, sino simples modificaciones de otros ya existentes. Por este motivo no se aceptó en primera instancia la patente del Glivec. En el recurso, el 29 de enero, se decidirá si sigue vigente esta excepción legal.

Según Gonzalo Fanjul, de Intermón Oxfam, si triunfa "tendría efectos catastróficos" y haría peligrar una industria que suministra a bajo precio la mitad de los medicamentos contra el sida que se utilizan en el tercer mundo.

En el 2001, los líderes mundiales acordaron en la Declaración de Doha, "anteponer la salud de las personas a los beneficios económicos".