Siete años de abusos sexuales, dominación y aislamiento de su entorno social. Esa es la pesadilla que sufrió, entre los 11 y los 18 años, un joven estudiante que frecuentaba el Club Juvenil Puigmal, una entidad vinculada a la congregación de los Legionarios de Cristo. Ahora, ya con 24 años, la víctima se ha decidido a denunciar lo ocurrido a los Mossos d'Esquadra, que han detenido por un delito de abuso sexual continuado al agresor, un hombre de 29 años que en aquella época era monitor en ese centro.

Los hechos comenzaron en 1999 cuando la víctima, que tenía 11 años, comenzó a acudir a ese centro juvenil situado en Sarrià. Ahí, uno de los monitores, cinco años mayor que él, se acercó al pequeño, llegando a simpatizar tanto con él que incluso los padres del niño le dejaron que le hiciera de canguro. Fue entonces cuando, de forma progresiva, según han explicado los Mossos el joven empezó a someter a tocamientos al chico.

Los abusos se hicieron continuados y llegaron acompañados de una relación que duró casi siete años y que era cada vez más posesiva. El agresor intentaba pasar todo el tiempo posible con el chico e incluso logró aislarlo del resto de sus amistades. En la última fase, los abusos del monitor al chico eran ya diarios.

El menor lo logró deshacerse de ese yugo hasta que, cuando cumplió los 18 años, puso kilómetros de por medio con su agresor al irse a estudiar al extranjero. Fue esa la época en que le explicó los hechos a sus padres y a su director espiritual, que ejercía labores directivas en ese club juvenil. Cuando los responsables del centro Puigmal tuvieron conocimiento de esos abusos decidieron expulsar al monitor de la entidad. No obstante, no ha sido hasta seis años después cuando el joven ha acudido a denunciar lo ocurrido a la policía.