El conocido en Ecuador como el Monstruo de Machala, Gilbert Antonio Chamba Jaramillo, no tardará en convertirse en la pesadilla de algunas autoridades. El hombre, en prisión por su presunta relación con la muerte de la estudiante leridana, María Isabel Bascuñana, entró en España en noviembre del 2000, se empadronó en Lleida en julio del 2001 y, sólo tres meses después, consiguió el permiso de residencia.

Nadie consultó sus antecedentes penales en el país de origen, a pesar de que la reforma de la ley de Extranjería, que entró en vigor en el 2001, exigía aportar un certificado de antecedentes penales. Y no se los pidieron porque Chamba se acogió a la última regularización extraordinaria auspiciada por el gobierno del PP, que no exigía la consulta de antecedentes.

Y no eran pocos los antecedentes. A las 13.30 horas de ayer, los Mossos d´Esquadra recibieron por fax una notificación del jefe de la oficina central de Interpol en Quito, el teniente coronel Vicente Navarrete Ramírez. Este informaba personalmente de que las reseñas dactilares enviadas por la policía autonómica coincidían con las del hombre detenido el 16 de abril de 1993 en Ecuador, acusado de asesinar y violar a ocho jóvenes de la ciudad de Machala, en la provincia de El Oro.

Chamba abandonó la cárcel sólo tres meses antes de venir a España, dónde hacía tiempo que residía una de sus hermanas. Todavía en Ecuador, consiguió hacerse con un pasaporte para abandonar el país, a pesar de su dilatada lista de antecedentes, que le hubieran impedido viajar. De hecho, las autoridades judiciales y policiales han abierto una investigación.