Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron el pasado fin de semana en Madrid a Raúl P. L., de 31 años, un presunto violador en serie acusado de ocho violaciones, seis agresiones sexuales, siete allanamientos de morada y varias amenazas con arma blanca a niños y niñas de entre 6 y 12 años, según ha informado la jefatura superior del cuerpo. La investigación se inició cuando agentes policiales detectaron la actuación de un violador en serie en el 2002, por lo que establecieron dispositivos de control y vigilancia en zonas escolares y de recreo infantil. Sin embargo, el amplio radio de acción del delincuente --perpetraba las agresiones en varios barrios de Madrid--, las tempranas edades de las víctimas, y la ausencia de huellas y ADN dificultaron la labor de los agentes. Asaltos en el portal o el ascensorEn las primeras declaraciones, los menores describieron a su agresor como un hombre delgado, de pelo corto, con una mancha debajo de un ojo, gafas de sol y vestido con mono azul de trabajo. Abordaba a sus víctimas a la salida del colegio, las seguía hasta casa, las asaltaba en el portal o el ascensor, y trataba de ganar su confianza ofreciéndoles un juego a cambio de contestar unas preguntas o hacer un dibujo.Al ser niños de corta edad, estos accedían en ocasiones a alejarse junto al hombre. En otros casos, en los que los menores gritaban o trataban de escapar, el agresor les decía que "lo haría por las buenas o por las malas" y los amenazaba con "rajarles". Algunos delitos, no consumadosA pesar de ello, no todos los delitos sexuales que se le imputan han sido consumados, ya que la oportuna llegada de alguien al descansillo o los gritos de los pequeños consiguieron ahuyentarle algunas veces. Después de casi cuatro años de investigaciones, los agentes centraron sus sospechas en un individuo con dos antecedentes --hurto de vehículo en 1996 y allanamiento de morada en el 2000-- y características físicas similares a las del descrito por las víctimas. Once de las menores han reconocido fotográficamente al arrestado como el individuo que las agredió, y él ha confesado los hechos durante la declaración. El hombre ya ha sido puesto a disposición de la autoridad judicial, que ha ordenado su ingreso en prisión.