Un ciudadano peruano ha sido detenido en este país andino después de que la Policía Nacional le localizara e identificara a raíz de una denuncia de los padres de dos menores, de nacionalidad española, con las que contactó a través de Internet y amenazó para que se desnudasen delante de la webcam. Ricardo Javier M.N,. de 29 años, nacido en Chiclayo (Perú), según informa la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil, ha sido detenido en ese país, acusado de distribución de pornografía infantil a través de Internet, extorsión de menores de edad y exhibicionismo sexual a menores.

Además de con estas dos hermanas, el detenido actuó de igual forma con otras menores cuya identificación se está comprobando por la Policía peruana en colaboración con la española. Los padres de las dos menores, unas hermanas que cuando ocurrieron los hechos tenían 12 y 16 años, denunciaron a finales del pasado año que sus hijas estaban siendo objeto de chantaje por parte de un individuo. El delincuente, tras seducirlas utilizando programas de mensajería instantánea, había obtenido fotos y vídeos de naturaleza sexual y las había amenazado con publicar sus imágenes si no le pagaban una determinada cantidad de dinero.

La familia llegó a ingresar más de 4.700 euros al extorsionador para que las fotos no fueran publicadas ni enviadas al círculo social de las niñas, pero fueron en repetidas ocasiones chantajeadas hasta que los padres denunciaron los hechos. La Brigada de Investigación Tecnológica, de la Comisaría General de Policía Judicial, estableció diversas coincidencias entre las distintas identidades adoptadas por el implicado y localizó el origen de las acciones delictivas en Perú, por lo que pidió la colaboración de las fuerzas de seguridad de ese país.

En el caso concreto de las dos hermanas, primero persuadió a la adolescente de 16 años, de la que obtuvo en un principio algunas imágenes comprometidas, pero luego, mediante amenazas, consiguió sesiones de desnudo cada semana bajo el chantaje de difundir las primeras grabaciones a los contactos y amigos de la víctima. Posteriormente, mediante engaños y bajo amenazas de comercializar los vídeos, empezó a solicitar dinero alegando distintas necesidades familiares.

El autor asumió diferentes identidades para someter a engaño a las menores, y paralelamente contactó con la hermana de esta primera víctima, con la que se hizo pasar por un "hacker". En este caso, la amenazó con borrar todos los datos del ordenador si no se desnudaba también ante la webcam y realizaba tocamientos de índole sexual. En otras ocasiones el detenido adoptó otra identidad e incluso la hizo creer que eran novios para mantener cibersexo con él. Con todos estos engaños y extorsiones sobre las niñas, consiguió un importante número de vídeos pornográficos de menores.