Los impuestos pueden ser buenos para la salud, según las autoridades danesas. Desde ayer, Dinamarca es el primer país del mundo que grava las grasas con una tasa. Y puso así fin a una semana en la que los consumidores tomaron al asalto los supermercados para acaparar mantequilla y pizzas. Todo sea por ahorrar. El objetivo es luchar contra el exceso de grasas saturadas en la dieta de los daneses. Por eso habrá que pagar 16 coronas (2,15 euros) por kilo de todos los productos que las contengan, incluidos los platos precocinados.

En la semana que ha precedido la entrada en vigor de la medida, los daneses han arrasado los supermercados. "Hemos tenido que acumular toneladas de mantequilla y margarina para estar en condiciones de servir a nuestros clientes", explicó Sören Jörgensen, responsable del grupo de productos lácteos Arla Distribution.

"La semana ha sido caótica, con muchas estanterías vacías. La gente ha llenado hasta los topes sus congeladores", confirmó Christian Jensen, el escéptico encargado de un súper. "De hecho, no creo que vaya a cambiar nada; quien quiera comprar un pastel lo comprará igual. Solo que en estos días se ahorraba un poco", razonó.

Pese a la buena intención de la medida, las críticas no se han hecho esperar. La patronal ha puesto ya el grito en el cielo.