Las cuentas atrás suelen señalar pasos adelante. Ayer, 13 días, 21 horas, 31 minutos y 48 segundos después de abandonar la Tierra desde el centro espacial Kennedy en Florida, el transbordador espacial Discovery cerró una de esas trascendentales cuentas al aterrizar con éxito en la base militar Andrews en California cuando la hora local eran las 5.12 (14.12 horas en España). En el centro de control de la NASA en Houston, que ha guiado una de las misiones espaciales más observadas y cuestionadas de la historia, se pudieron pronunciar las palabras que el 1 de febrero del 2003 quedaron enmudecidas cuando el Columbia explotó: "El Discovery está en casa".

Como había sucedido el lunes, la presencia de nubes y tormentas eléctricas en Florida hizo que se descartaran las dos opciones de aterrizar allí. La NASA decidió que el Discovery fuera a la base de la Fuerza Aérea en California, donde se han realizado con anterioridad otros 49 aterrizajes de transbordadores. Los astronautas empezaron a tomar líquidos, un paso necesario tras permanecer largo tiempo sin influjo de la fuerza de la gravedad. Y a las 4.06 horas de la mañana, tras realizar 219 órbitas, cuando estaba a 329 kilómetros sobre el Océano Indico, el Discovery encendió durante dos minutos y 42 segundos sus propulsores, salió de órbita y entró en su trayectoria hacia la base.

EL REGRESO, PASO A PASO Durante los 321 kilómetros siguientes, el transbordador se movió en caída libre. El Discovery seguía avanzando. Y cada kilómetro, cada metro, cada centímetro sin problemas permitía un respiro de alivio conforme alejaba los fantasmas del Columbia, cuya reentrada en la atmósfera terrestre inició la secuencia fatal que acabó con la explosión de la nave y la muerte de sus siete tripulantes.

Esta vez todo funcionó a la perfección. Llegaron unos giros que redujeron la velocidad del transbordador de cerca de 25.000 kilómetros por hora a unos 8.000. Poco después, a las 5.03 horas, la nave se hizo visible para las cámaras infrarrojas de la NASA, que empezaron a facilitar una imagen cada vez más definida del Discovery. Cuatro minutos después la comandante de la misión, Eileen Collins, asumió el control del transbordador y realizó, ya a menos velocidad que el sonido, un giro para alinearse con la pista 22. A las 5.10 vio por primera vez esa pista.

Dos minutos después, la nave tocó tierra. Se abrió el paracaídas que ayuda a frenar la nave. Houston pudo dar la bienvenida el aterrizaje. A su vez, la comandante dio su mensaje: "Estamos felices de estar de vuelta".