Los docentes están descontentos con la reforma de la enseñanza no universitaria, la ley orgánica de la educación (LOE), que el Gobierno socialista presentó el pasado martes. La califican de "ambigua" o de "parche" entre la Logse, que se puso en marcha en el curso 1992-1993 durante el mandato socialista, y la LOCE, aprobada por el Gobierno del PP en el 2001. Opinan que la LOE no es tan "demagógica" como la primera ni tan "retrógrada" como la segunda.

También consideran positivas las medidas de apoyo a los alumnos. Además, creen que hay un esfuerzo por implicar más a los profesores con los centros. Aun así, coinciden en que la LOE fracasará sin el apoyo económico adecuado. Otra queja. Dicen que tantas reformas no son un síntoma de buena salud del sistema.