Los disparos han vuelto a un aula de una escuela primaria en Estados Unidos. Un hombre blanco entró ayer en una clase de la escuela North Park en San Bernardino (California) y asesinó a tiros a una profesora, hiriendo también antes de suicidarse a dos niños que estaban cerca de la maestra pero que, según las autoridades, no parecían ser el objetivo del asesino. Los menores han sido trasladados a hospitales locales y al cierre de esta edición se encontraban en estado crítico.

En una rueda de prensa las autoridades no habían identificado en público ni a las víctimas ni al autor del crimen, aunque informaron de que están realizando una búsqueda en su casa. Tampoco confirmaron si se trata de un caso de violencia doméstica ni definieron la relación que unía a los dos adultos pero una portavoz del distrito escolar, Monica García, declaró que creen que «la profesora sabía quién era» el autor de los disparos.

La policía también informó de que el sospechoso entró en la escuela por la puerta principal y con el arma escondida. Probablemente tuvo que presentar su identificación en la entrada del centro, donde estudian algo más de 500 niños, en su mayoría latinos. No había ningún otro adulto en el aula en el momento de los disparos.

«Es un incidente trágico y os aseguro que estamos haciendo todo lo que podemos por llevar a cabo una investigación a fondo acerca de este asunto», señaló a los medios de comunicación el portavoz de la Policía de San Bernardino Michael Madden.

«Estamos trabajando para determinar (la relación entre el asesino y la víctima). Tenemos una idea (al respecto), pero no lo sabemos con certeza», expuso el capitán de la Policía de San Bernardino y responsable de la investigación, Ron Maass.

Por su parte, el alcalde de la ciudad californiana, Carey Davis, elogió la rápida respuesta de los servicios de emergencia, y agradeció a la Casa Blanca y al presidente de EEUU, Donald Trump, sus mensajes de preocupación y su oferta de apoyo y ayuda a la comunidad de San Bernardino.

El centro escolar permanecerá cerrado al menos durante los próximos dos días.

Los estudiantes fueron evacuados de la escuela y trasladados al campus de la Universidad Estatal de California en San Bernardino, según indicó en Twitter el jefe de Policía de esta ciuda.

Las imágenes de las televisiones locales mostraron un gran despliegue de las fuerzas policiales y servicios sanitarios en torno al centro educativo North Park para controlar la situación y para evacuar a los niños, que fueron formados en fila y transportados en autobuses escolares.

Asimismo, numerosos padres y familiares, preocupados y angustiados por lo sucedido, acudieron a las inmediaciones del lugar para confirmar que sus niños se encontraban sanos y salvos.

«Estoy muy asustada por todas las personas, las familias y sus hijos (...). Sólo espero que estén todos bien», dijo a la cadena ABC una de las madres que fue a la escuela en busca de sus niños.

El suceso tuvo lugar un año y medio después de que en San Bernardino murieran catorce personas en un ataque yihadista.