Fue una pesadilla de 21 días, que les convirtió de golpe de cooperantes anónimas, entregadas desde hace años a la gente de Irak, en un dúo mediático mundial, conocido como las Simonas . Una fama en contra de su voluntad. "Nos gustaría seguir como antes, trabajar en el anonimato, pero es difícil. Nuestra vida ha cambiado mucho", dicen Simona Torretta y Simona Pari. Es una de las pocas confesiones personales de las voluntarias italianas de la ONG Un Puente para Bagdad, cuyo destino mantuvo toda Italia en vilo tras su secuestro por parte de integristas en Bagdad. Ayer recibieron en Barcelona el premio ONGC, de la revista del mismo nombre, a la Cooperación Internacional, un galardón compartido con Danielle Mitterrand, viuda del expresidente francés.

Parece que después de tres meses y medio en los focos de la atención mundial, se han cansado de explicar sus vivencias. Rehúyen las preguntas demasiado personales. Estuvieron a punto de no venir a España cuando supieron que habría una conferencia de prensa.

La muerte cerca

Si hablan, apenas es sobre ellas mismas. A una pregunta personal sigue un largo cónclave entre ambas para consensuar una respuesta escueta. "Es muy difícil entrar en las cuestiones personales", admite Torretta, aunque añade: "Cuando trabajábamos en Irak, sabíamos que teníamos la muerte muy cerca. Pero no nos arrepentimos de haber seguido ahí. De momento, no podemos volver, pero nuestra intención es regresar algún día".

Aprovechan su estancia para comentar y analizar la situación general en Irak, para pedir la libertad de la periodista francesa secuestrada y para dibujar un panorama negro de cara a los comicios en aquel país. "La gente no confía en absoluto en las elecciones, que debe afrontar sin seguridad ni garantías de transparencia. Los shiís son mayoría y ganarán, pero esperamos que eso no creará descontento en el resto del país".

Mujeres experimentadas en tareas humanitarias, dibujan un panorama desolador de Irak tras la invasión extranjera. Callan cuando se les pregunta sobre la presencia militar italiana y evitan criticar en público a Berlusconi. "La guerra y la ocupación extranjera han desintegrado completamente la sociedad civil. Bagdad es una ciudad fantasma. La llegada del terrorismo se ha visto favorecida por la falta de control en las fronteras y la disolución del Ejército". ¿La solución? "Habrá que buscar una vía alternativa al conflicto, transformar el país y recuperar la dignidad de las personas".