Cuenta Antonio Banderas en las memorias que transcribe ¡Hola! que la primera vez que vio en persona a Melanie Griffith exclamó: "Qué guapa es esa tía, y qué bonita va". Era el año 1989 y el actor andaluz que, junto a su primera esposa, Ana Leza, se encontraba a punto de acceder a la gala de los Oscar, se quedó, según explica en sus memorias, extasiado al ver bajar de una limusina a Melanie acompañada del que entonces era su marido, el también actor Don Johnson (ambos en la foto, en dicha gala).

Melanie, que estaba en su momento Armas de mujer, es decir potente, lucía un vestido modelo pastel de merengue, de modo que si a Banderas le gustó entonces no hay duda de que le gusta ahora. Lo raro es que el actor español no cayera también rendido ante los encantos de Don Johnson, que en aquella gala de los Oscar lucía el mismo corte y color de pelo que su esposa Melanie.

CONFESION DE MELANIE

Con los años, Melanie confesó a Antonio que aquel día, cuando coincidieron en la alfombra roja, ella también se fijó en él, lo que aún tiene mucho más mérito puesto que por aquel entonces Banderas lucía un estilo padrino de boda que va a leer el verso a la novia enfundado en un esmoquin alquilado y tres tallas grande. La verdad es que resulta difícil creer que Melanie cayera entonces rendida ante tamaño despliegue de glamour.

Si Banderas nunca soñó con casarse con Melanie, menos debió imaginar que acabarían ocupando las portadas de ¡Hola! juntos o por separado. Ocupar la portada de la citada publicación es como entrar en el olimpo de la fama, que es lo que ha hecho esta semana Diego Gómez, el exnovio de Isabel Pantoja, un hombre que explica ahora en siete páginas todo lo que no ha dicho en cuatro años. Misterios tiene la vida, pero éste es de los buenos.

Cómo un hombre discreto, al que parecía molestarle la fama de su compañera --siendo precisamente esa presión la que lo ha llevado a la ruptura-- tiene ahora el santo cuajo de prestarse a una exclusiva, cobrada o no, que debe haber sentado a cuerno quemado a Isabel Pantoja.

Dice Diego que ha hecho esas confesiones para evitar la presión de tener una colección de reporteros en la puerta de su casa. Mal camino ha elegido. Con lo bien que lo había llevado hasta ahora.