El entuerto creado por el PP en el Congreso al introducir una enmienda en la ley orgánica de mejora de la calidad educativa (LOMCE) que abre la puerta a que los estudiantes del bachillerato social puedan graduarse sin haber cursado matemáticas, no tiene de momento remedio, admitió ayer Luis Peral, portavoz de la formación conservadora en el Senado, la cámara donde ayer se empezaron a debatir 896 enmiendas presentadas a la reforma educativa. Tendrá que ser el ministerio, cuando empiece el despliegue reglamentario de la ley, el que adopte medidas para garantizar que ningún estudiante llega a las facultades de Económicas, Empresariales, Magisterio o Sociología sin haber cursado matemáticas en el bachillerato.

El lío lo ha causado la decisión de última hora del PP --no incluida en el texto inicial de la ley Wert-- de unificar los bachilleratos de Ciencias Sociales y de Humanidades, una medida de ahorro que reduce a tres las actuales cuatro modalidades de esta etapa postobligatoria. En la misma enmienda, el PP estableció un nuevo temario para el nuevo bachillerato, pero este no prevé que las matemáticas sean una asignatura obligatoria o troncal, cuando sí lo es, en cambio, el latín, tal y como denunciaron el lunes una docena de organizaciones de matemáticos y economistas.