La ruptura de uno de los ejes de un vagón-cisterna lleno de propano en la estación de Viareggio, en la región de la Toscana, provocó el lunes por la noche una explosión que causó la muerte de 17 personas y 36 heridos, la mitad de los cuales están muy graves.

La tragedia sucedió en la localidad veraniega de la Toscana en pleno comienzo de la temporada turística. La fiscalía ha abierto una investigación por desastre ferroviario, incendio y homicidio involuntario.

Los sindicatos han denunciado que se trata del tercer accidente de este tipo en un mes, cuyas causas atribuyen a falta de controles y mantenimiento de los vagones de mercancías. La dueña de la cisterna es Gatx, empresa de EEUU, y el vagón está matriculado en Polonia.

El convoy de 14 cisternas debía solo transitar por Viareggio, pero al salir de la estación, a 90 kilómetros por hora, cuando el máximo permitido es de 100, el primer vagón descarriló, arrastrando a otros cuatro.

El accidente provocó la salida del gas petróleo licuado, que pasó de estado líquido a gaseoso y, al ser más pesado que el aire, se difundió por el suelo como una inmensa nube blanca. Al entrar en contacto con las chispas de las ruedas de la locomotora, que estaba frenando, se incendió de golpe y explotó. "Parecía una bomba", relataron los testigos.

CINCO EDIFICIOS DAÑADOS La explosión dañó cinco edificios de pisos y coches aparcados. Cinco vagabundos que tomaban el fresco quedaron calcinados en un santiamén. Los habitantes de los edificios que no perecieron por la explosión murieron sepultados o se arrojaron desde los pisos. "Fue un apocalipsis", explicaron testigos. Según Protección Civil, se trata de uno de los peores siniestros en el sector italiano de los transportes.

Los bomberos dedicaron toda la noche a rociar las cisternas para impedir que explotasen, y el alcalde ordenó el desalojo de mil personas. Los ministros del Interior y Transportes han prometido "una investigación rápida". "O las leyes europeas son correctas y no se han aplicado o bien hay que cambiarlas", dijo Roberto Maroni, titular del Interior. El primer ministro, Silvio Berlusconi, fue recibido entre abucheos a su llegada a Viareggio.