En las aulas españolas está surgiendo la nueva imagen del alumno invisible. Son, sobre todo, inmigrantes. El 20% de los escolares extranjeros de ESO se consideran excluidos y ninguneados por sus compañeros españoles, según el último informe sobre acoso escolar realizado por el Defensor del Pueblo y Unicef. Entre los alumnos autóctonos este tipo de maltrato se sitúa en el 10%.

El trato discriminatorio que reciben en mayor medida los jóvenes inmigrantes por parte de sus colegas de clase revela la existencia de fallos en el sistema de escolarización y socialización de estos alumnos, que suelen llegar con un bagaje cultural, social e idiomático diferente. En ocasiones, la animadversión de sus colegas pasa a mayores, hasta el punto de que el 1,9% de estos alumnos dicen haber recibido amenazas con palos, navajas y cuchillos. El porcentaje se reduce al 0,4% en el caso de estudiantes españoles.

"La exclusión es mayor en los niños de origen inmigrante, pero no puede hablarse de racismo en las escuelas", defendió ayer Esperanza Ochaíta, catedrática de Psicología Evolutiva y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid y directora del estudio del Defensor de Pueblo. No obstante, los reponsables de esta investigación recomendaron programas educativos específicos orientados a la población escolar extranjera para evitar su "victimización".

El informe , basado en 3.000 entrevistas a alumnos de 300 centros de toda España, subraya que desde 1999 --año en que la institución realizó otro similar-- el número de escolares que se declara víctima del acoso baja. La agresiones físicas han bajado del 7,3% al 5,3% y han descendido el hostigamiento psicológico y los insultos y amenazas. "Pero no debemos caer por ello en un optimismo engañoso. Las políticas de prevención han frenado el problema pero en absoluto "no lo han erradicado", dijo el Defensor, Enrique Múgica.